En enero el precio ha permanecido clavado en 1,303 €/Kg vivo todo el mes. Objetivamente este es un dato muy positivo para el ganadero (18 céntimos por kilo más caro que en 2012, bastante más si miramos mas atrás) y sitúa el escenario de partida del ejercicio 2013 en otro nivel.
En las semanas de Navidad y Año Nuevo hubo, prácticamente, más festivos que laborables y se acumularon cerdos vivos sin matar. El peso en matadero, lógicamente, subió. Han sido necesarias cuatro semanas de sacrificios a todo tren para regularizar la situación y ahora mismo el retraso ya se ha recuperado.
Repetición tras repetición el matadero ha visto como su margen se erosionaba. En efecto se ha bombeado mucha carne a todos los mercados y las piezas nobles han cedido. Tocará ahora gestionar la escasez y partiendo de un margen degradado.
El último mercado de enero finalizó sin acuerdo, los pesos reculan y no todos los cerdos que se quieren matar están disponibles. El dictamen (¿político?) de hoy de subir 1,40 céntimos debe interpretarse como señal de que en febrero todas las sesiones de Mercolleida serán movidas. A buen seguro que a final de mes el precio será más caro, cuánto más está por ver.
Si bien nuestro mercado apunta decididamente al alza deberemos estar atentos a lo que acontezca en Alemania. El mercado teutón y sus satélites (Holanda, Bélgica) lideran indiscutiblemente la totalidad de la Unión Europea y sabemos que si el precio español se desboca sin que Alemania mueva ficha, la inevitable corrección posterior sería muy dura de sobrellevar.
De momento Alemania parece firme sin bajadas a la vista aunque, de momento, no hay señales de subida. Otros factores como la Gran Exportación (a países terceros, fuera de la UE) o la demanda interior europea aparecen bastante apáticos con excepción, quizás, de Rusia.
En resumen, febrero será un mes alcista y la intensidad de la subida dependerá en gran parte de factores externos a nuestro mercado. Esperaremos y veremos.
Extraído del refranero español: “Los tontos hablan del pasado, los sabios del presente y sólo los locos hablan del futuro”.
Guillem Burset