Termina mayo concatenando cuatro subidas consecutivas. La tendencia alcista es innegable a pesar de que intrínsicamente el precio ya es muy alto.
Las perturbaciones en la actividad debidas a Semana Santa originaron retrasos en granja que necesitaron ser reabsorbidos. Realizada esta reabsorción y recuperada la normalidad a principios de mayo, el mercado intuye que el verano está a la vuelta de la esquina y emprende decididamente la senda de subida como cada año.
Las subidas anteriores a Semana Santa fueron fulgurantes. Con la llegada de la Pascua la actividad se ralentizó por los festivos y empezaron las repeticiones. Estas repeticiones en el vivo permitieron reajustes en algunas piezas y la meteorología adversa en el Norte de Europa (en mayo ha llovido bastante más de lo acostumbrado) no ha ayudado a sostener los elevados precios de las piezas aptas para barbacoas a la vez que ha aflojado la presión sobre la demanda. Un dato que es vox populi: sólo en Alemania la diferencia del consumo de cabeza de lomo entre un fin de semana lluvioso de mayo o un fin de semana del mismo mes con anticiclón y sol espléndido se eleva a más de 800 toneladas (evidentemente de menos con lluvia, de más con sol).
El mercado alemán, otrora líder indiscutible en la UE, ve ahora como España le disputa esta preeminencia. Se trata de dos mercados muy similares pero con lógicas muy diferentes. España se maneja en un entorno más que autosuficiente y con claras expectativas de crecimiento y, en cambio, Alemania defiende sus cifras de sacrificio en base a importar cada vez más cerdos vivos para sacrificio de los países de su entorno.
China sigue comprando pero con el freno de mano puesto: no se mejoran precios y las cantidades son más comedidas que hace un par de meses cuando se vivió una efervescencia casi delirante. Todo está más calmado; incluso quizá se atisban indicios de que la PPA ha desaparecido en algunas zonas productoras.
Sea como sea, estamos ya por encima de 1,41 en vivo y el verano meteorológico todavía no ha empezado. No existen prácticamente stocks más allá de los estrictamente estructurales. Se sacrifica lo que se ofrece pero no se buscan cerdos donde no los hay. Un buen viento de popa empuja persistentemente al precio.
El peso promedio en canal de la última semana de mayo supera en más de un kilo al de la misma semana del año pasado. Las matanzas acumuladas de enero hasta hoy son superiores a las del año pasado pero sólo en un inapreciable 0,90%. De momento es el incremento más modesto del último lustro, aunque incremento al fin y al cabo. Todo muy similar, ningún dato espectacular pero todos apuntando tozudamente a la expansión.
En junio veremos cuatro mercados muy peleados y de intenso tira y afloja. La producción intentará aprovechar la meteorología para llevar el listón a lo más alto y los mataderos defenderán sus posiciones con la espalda contra la pared, conscientes de la dificultad de trasladar subidas a la carne (mientras China no mueva otra vez pieza). El precio subirá, probablemente incluso de forma decidida, falta conocer hasta dónde.
Como dijo Einstein: “Cada día sabemos más y entendemos menos”
Guillem Burset