Brasil, Chile y México, potencias productoras que están dando que hablar

En Chile, las estadísticas publicadas en marzo por la Oficina de Políticas Agrarias (ODEPA) indican que 2017 fue un año negativo para todas las carnes del país. La carne de vacuno fue la que perdió más posición, mientras que la carne de cerdo bajó un 3,7% respecto a 2016. A continuación podemos ver la evolución del sector porcino chileno en los últimos años (tabla 1, gráfica1).

Tabla 1. Evolución de los últimos 6 años de la industria porcina chilena. Fuente: ODEPA

El año de mayor producción de carne de cerdo en Chile fue en 2012 con 583.672 toneladas, sin embargo a partir de ese año la producción ha caído y hoy es un 16,2% inferior. El récord de exportaciones ocurrió el año 2015, aunque después los volúmenes fueron disminuyendo. Si se compara el año 2012 y 2017, las exportaciones no tienen una diferencia significativa pero se puede apreciar que las importaciones están cubriendo, en gran medida, la disminución de la producción de carne de cerdo. Además, se puede ver que el consumo crece de forma significativa, pues en 2017 las importaciones aumentaron un 66%. Chile está perdiendo competitividad, pues es el único país líder en producción de esta región que está bajando su producción. La principal razón de esta debilidad, es el cierre de granjas por problemas con comunidades que se establecen cerca de las granjas. Los precios durante el año 2017 estuvieron muy buenos para los productores y se puede estimar que la rentabilidad bruta por cerdo fue de unos 25 USD por cerdo vendido.

Otro país que también está con dificultades es Brasil, pues las exportaciones no repuntan después del embargo ruso impuesto en diciembre de 2017. Hasta la fecha las exportaciones han disminuido alrededor de un 10% respecto al mismo periodo del año anterior. La situación no ha sido más crítica ya que las exportaciones a China han aumentado un 122% en enero y a Hong Kong un 23%, por lo que estos envíos han contrarrestado la situación negativa. La industria brasileña está ansiosa para abrir las exportaciones a Corea del Sur - que hace pocas semanas se habilitó - pues esto mejorará consistentemente la situación del mercado brasileño. En este momento el valor del kilo de cerdo vivo en Santa Catarina es menor que un dólar, muy por debajo de los precios en el resto de potencias productoras de carne de cerdo.

En México, el sector porcino espera con mucha ilusión la apertura de la exportación de carne de cerdo a EE.UU., después que este país lo reconociera como país libre de peste porcina clásica. Por otra parte, la industria mexicana sigue estableciendo negociaciones con otros países del mundo, por ejemplo el mes pasado anunció negociaciones muy positivas con Bélgica para el intercambio de productos agropecuarios, entre ellos la carne de cerdo. Al mismo tiempo se avanza firmemente en las negociaciones de un acuerdo bilateral con la Unión Europea, una alianza económica que sería muy beneficiosa para ambas partes, sobre todo para España, pues México sólo produce un 56% de lo que consume, por lo que tiene que importar alrededor de 1 millón de toneladas cada año. A raíz de estas buenas expectativas, México fue el país que más creció en producción en el año 2017 a nivel mundial y todo se debe a las grandes posibilidades de ser un importante proveedor de carne de cerdo en el mercado internacional. El USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) estima que este año la producción y exportaciones aumenten en un 5% y 9% respectivamente, alcanzado las 1,3 millones de toneladas en producción y las 180.000 toneladas en exportaciones a Corea del Sur y Japón, sus principales clientes. El término de esta década consolidará a México como uno de los países más importantes en producción y consumo de carne de cerdo. Todo lo anterior se refleja en sus precios en el mercado nacional, pues desde enero el precio se ha elevado un 20% en la bolsa de Jalisco, una de las más importantes del país (gráfica 3).