Peligros de la PPA
Creemos que la presencia de la PPA en Alemania ha sido la (mala) noticia del año para el sector porcino europeo. España está geográficamente lejos de Alemania pero no -ni mucho menos- a salvo. Siguiendo las sugerencias que nos han llegado en esa dirección, queremos hacer desde estas líneas un llamamiento a la responsabilidad de todos y cada uno de los operadores de la cadena de producción y suministro de porcino.
Desde quien compra lechones extranjeros, pasando por quien compra cerdos vivos para sacrificio, hasta quien compra alimentos (cereal, leguminosas,…), todos deberían revisar si el cumplimiento de los protocolos sanitarios y las profilaxis adoptadas son los adecuados y están a la altura de los riesgos que afrontamos. Nos jugamos mucho.
En una primera aproximación (burda si se quiere pero de algo hay que partir) podemos comparar las potenciales pérdidas españolas en el caso de que la PPA apareciera, con las que Alemania está padeciendo. Es imposible precisar y concretar pero imaginemos que aquí los cerdos bajaran de golpe 15 céntimos por kilo en vivo (similar a lo que ocurrió en Alemania de un día para otro). Imaginemos que España tardase ocho meses en erradicar la PPA y recuperar los mercados de países terceros (previsión muy optimista). Con esas dos premisas se obtienen unas pérdidas globales de: 1.000.000 de animales por semana x 110 kg en vivo x 0,15 €/kg vivo x 35 semanas = 577 millones de euros. La factura recaería en su mayor parte, e inevitablemente, en las espaldas de los ganaderos.
Toda precaución es poca. Vigilar, controlar, supervisar en suma todo lo que haga falta para cerrar el paso al virus. Solidaridad sectorial a la enésima potencia. Necesitamos eso. El fatalismo agorero no sirve, hay que poner toda la carne en el asador y luchar con todos los medios a nuestro alcance.
Suprimir intercambios comerciales en vivo con el exterior sería una drástica y draconiana opción que minimizaría riesgos
Cerca del suelo
Desde mediados de octubre, el precio de referencia en España (Mercolleida) ha bajado de 1,293 hasta 1,096 €/kg vivo. Quedémonos en la frialdad de la cifra y constatemos que no estamos tan mal. Nuestro precio es superior, o muy superior, al de todos los países de nuestro entorno.
La actividad de los mataderos en noviembre y en diciembre ha sido de récord semanal repetitivo. Tal volumen de sacrificios ha conseguido absorber toda la oferta y el precio ha encontrado su equilibrio antes de lo esperado. En enero habrá cerdos retrasados a causa de los festivos, pero nada que no hayamos conocido otros años.
Las exportaciones al sudeste asiático han seguido a todo ritmo (Japón, Corea y, sobretodo, China), evitando el colapso de carne que las matanzas tan importantes parecían presagiar. La cría, el engorde, el sacrificio, el despiece y la comercialización del porcino en España funciona como un gigantesco mecanismo de alta precisión. Ha funcionado y está funcionando muy bien. Pero... hay que recordar que los mecanismos de alta precisión son muy sensibles a cualquier incidencia; un simple grano de arena (a veces una simple mota de polvo) puede dar al traste con todo. Y hay muchos granos presentando candidatura: el Covid, la PPA,…
Estamos en un precio muy cercano al coste de producción; en enero podría descontarse algún céntimo más por aquello de la abundancia post navideña pero en febrero tendríamos que ver una clara recuperación del precio del porcino español, siempre y cuando China mantenga su posición compradora más o menos como en la segunda mitad de este año que termina. Si las exportaciones desde España a China se truncasen entonces… no alcanzamos ni siquiera a imaginar cómo podría terminar todo.
Balance de un año atípico
Henos aquí una vez más, como cada año, escribiendo el último comentario del ejercicio. Este 2020 será recordado como el año de la pandemia del Covid pero es obligado reconocer que para la porcicultura española no sólo no ha sido un año malo sino que ha sido un año excelente.
Las cifras no hacen más que constatar la bonanza de 2020 para el porcino español; en efecto:
- El precio medio anual se situará alrededor de 1,35 €/kg vivo muelle granja, lo que es una media fastuosa en una Europa devastada por la crisis del Covid y de la PPA.
- El total de animales sacrificados en 2020 excederá los 57 millones de animales, récord histórico absoluto.
- El peso medio anual de las canales ha sido largamente superior al récord histórico: 88,50 kilos frente a 86,30 del año anterior. Más animales sacrificados con mayor peso implican más carne que nunca (esos 2,20 kilos de más equivalen al peso de unas 1.500.000 canales). No se puede pedir más. Estos fríos datos demuestran que el sector marcha viento en popa a toda vela.
- Las matanzas en noviembre y diciembre (en semanas sin festivos) se han situado más cerca de 1.100.000 animales por semana que de 1.000.000. La capacidad de sacrificio está firmemente consolidada en más de 1.100.000 animales por semana en condiciones normales.
Es Navidad. Aprovechemos la tregua de estos días para repasar en el interior de nuestra burbuja de convivencia (no vayamos a correr riesgos innecesarios, ya habrá otras Navidades) lo afortunados que somos de ser los porcicultores europeos con mayor beneficio en este año.
Deseamos a todos los lectores y amigos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo.
Guillem Burset