Contra todo pronóstico, mayo finaliza con los precios en retroceso. Alemania y sus mercados satelizados han impuesto su ley y un descenso de 12 céntimos en dos semanas ha sido demasiado para el mercado español: Mercolleida ha cedido coyunturalmente para evitar males mayores.
En nuestro anterior comentario descartábamos cualquier descenso en España a corto plazo (léase: imposible que los cerdos bajen en mayo). Queremos reflexionar sobre lo que ha acontecido. En la mente de todos está la “mítica semana 22” en la que tozudamente cada año se imponía una subida que marcaba el inicio de la temporada veraniega: dos céntimos de baja en esa significada fecha son algo más que una anécdota.
Sin abandonar un moderado optimismo respecto a la evolución de la cotización española queremos señalar algunos factores que han conducido a la situación actual, visto en perspectiva europea:
- La carne almacenada en la operación de estocaje privado ha empezado a liberarse, las cantidades son importantes y lastran el mercado en su conjunto.
- La crisis económica golpea en todas partes: las famosas barbacoas alemanas del mes de mayo incorporan masivamente verduras (“comida sana” en un eufemismo disimulador) como argucia para abaratar su coste.
- La pesadez del consumo de carne “de boca” no es coyuntural, reiteradamente mes tras mes los pedidos disminuyen y la disyuntiva para el matadero (aceptar precios bajos o congelar) no ofrece dudas: vender ante todo. Esta lógica actitud provoca calma y atonía en los precios de la carne. Los hábitos de consumo han cambiado de forma irreversible y no hay marcha atrás.
- Las necesidades financieras de los ganaderos les impulsan a colocar en el mercado cerdos ligeros de peso. No hay exceso de ganado pero se quiere vender como sea.
Vistos los acontecimientos de mayo, opinamos que el descenso de las últimas
semanas en España era inevitable. La contrapartida (mantener el precio contra viento y marea) habría desencadenado demasiadas tensiones a cambio de muy poco e, incluso, de asumir riesgos abriendo nuestro mercado. Además, no olvidemos que la exportación es cada vez más determinante para España, lo que disminuye nuestra autonomía en la fijación del precio.
Pensamos que junio empieza como una pizarra en blanco donde se puede escribir, todavía, una buena historia. El calor se acerca, los pesos son inferiores a lo normal, el consumo estacional debe aparecer, .... No hemos alcanzado el techo del precio en el ejercicio en curso. Esperemos lo mejor.
La esperanza es el sueño del hombre despierto (Aristóteles).
Guillem Burset