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Finalizó enero con nevadas y los termómetros bajo cero en España. Estas dos circunstancias favorecen la firmeza del precio: menos oferta por la retracción debida al frío y repuntes de demanda en algunas piezas grasas.
En Francia y Alemania, después de fiestas y una vez reaprovisionadas las industrias, cundió el pánico y las cotizaciones experimentaron descensos bruscos. Las causa de este fenómeno habría que buscarlas en el retraso de ganado por la acumulación de fiestas y la ausencia de la operación de Almacenamiento Privado. Esta bache ha durado dos semanas, Alemania reaccionó virulentamente al alza la semana pasada y Francia anuncia su reacción para esta semana.
En España, enero ha transcurrido sin vicisitudes dignas de resaltar; a la postre nuestro precio se ha posicionado en el centro del pelotón europeo (más por debilidad ajena que por otra causa).
Esperemos que en el presente año 2005 se produzca una cierta armonía entre la cotización española y las de nuestros vecinos. No existe ninguna razón por la que nuestra cotización deba situarse en el foso de las tinieblas (nuestro mercado interno es suficientemente potente) ni en una cumbre inalcanzable para los demás (necesitamos mantener y reforzar nuestra actividad exportadora). Que la cotización española pudiese flotar alrededor del tercer puesto de la banda de precios europea en el transcurso del año sería, probablemente, lo más inteligente y beneficioso para todos.
En este inicio del año se han producido cambios en la Junta de Precios de Mercolleida, los tres nuevos interlocutores del sector de mataderos catalanes tienen una bien ganada fama de personas ponderadas, sagaces y prudentes, cualidades que, con toda certeza, necesitarán.
Confiemos que en el transcurso del 2005 no se produzcan situaciones límite como las vividas el pasado ejercicio.
Más vale pájaro en mano que ciento volando.
Guillem Burset
Grup Unexporc
