Empezamos octubre con un precio de 1,30 euros / kilo en vivo y lo terminamos a 1,16. La bajada estacional se ha retrasado casi un mes este año, muy probablemente a causa de la persistencia del calor.
El quinto matadero de Alemania en volumen (Vogler Fleish, unos 40.000 cerdos sacrificados a la semana en tres plantas) presentó concurso de acreedores hace cosa de un mes (de momento prosigue su actividad, pero sólo en una planta y con sacrificios de bastante menos de un tercio). El consiguiente y lógico pánico de los ganaderos desencadenó cuatro descensos consecutivos por un total de 20 céntimos en canal en aquel país. Es innegable que esta circunstancia ha arrastrado a todos los mercados europeos.
EEUU y Canadá persisten en tener unos precios de autentico derribo. Ambos a un nivel de 0,91 euros por kilo en canal, o lo que es lo mismo un 40% más baratos que los europeos. La producción en Norteamérica bate records y de ahí esos precios.
Por primera vez en la historia España exportará este año más del 50% de la carne de cerdo producida (todos los datos disponibles así lo indican). Este es un punto de no retorno y muy significativo. Exportar más de un 50% de la producción propia significa un alto grado de exposición a las vicisitudes internacionales. Lo que ocurre en América nos afecta mucho más ahora que hace unos cuantos años cuando exportábamos sólo “lo que sobraba”. Una vez más se constata que la globalización es un hecho tangible y concreto, no sólo un concepto.
En Europa asistimos a una redistribución de la producción: una reducción en el Norte (Alemania y sus satélites: Dinamarca, Holanda y –en menor medida– Bélgica) compensada con creces con un aumento en España. En la Unión Europea parece que este año se sacrificarán un 0,50% más de cerdos que en 2015 pero con variaciones notables país a país.
Todos recordamos que hace un año más o menos el precio español cruzó la fatídica línea de 1 euro / kilo en vivo (en el segundo mercado de noviembre) manteniéndose por debajo hasta finales de abril. Descartamos totalmente que este año vaya a ocurrir nada similar. La corta oferta de ganado en el Norte de Europa debería ayudarnos a sostener el precio a unos niveles más razonables. El nivel de stocks en cámara –muy bajo comparativamente– también ayudará a evitar colapsos.
Como se ha apuntado en anteriores comentarios estamos matando más que nunca (2016 marcará un record en la producción española) y de momento esta producción extra no ha penalizado nuestro precio. Con salvadas excepciones hemos estado por encima de Holanda en los últimos doce meses. De todas formas, las dos últimas repeticiones alemanas auguran paz o, por lo menos, una tregua.
Richard Teichman, reputado ajedrecista alemán de inicios del siglo XX afirmó: “la genialidad consiste en saber transgredir las reglas en el momento adecuado”.
Guillem Burset