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Lonja tras lonja en los dos últimos meses hemos visto como el cerdo cedía y cedía sin encontrar suelo firme contrariamente a lo que habíamos presagiado. La magnitud del descenso excede claramente de un simple reajuste y, lo peor es que no hemos tocado fondo.
El nivel de 1,30 € / kg canal parece fácilmente franqueable, más teniendo en cuenta que ya en la última lonja los parámetros objetivos indicaban mayor bajada que la que finalmente se produjo merced al mediador. Existe tensión contenida en la mesa de Mercolleida.
La huelga del pasado 14 desbarató la lógica del mercado añadiendo pesadez a una oferta ya dopada por la benevolente climatología. Se sacrifica a tope y así seguiremos hasta las fiestas. El alto ritmo actual de sacrificios combinado con el rigor invernal debería ser suficiente para atrapar la abundancia presente. Esperemos que así sea y que la Navidad y Fin de Año no nos ocasionen un tropiezo por las dos semanas trufadas de festivos.
En 2009 la bajada acumulada en otoño fue de 35 céntimos, en 2010 fue de 23 céntimos (de 1,25 a 1,014) mientras que el año pasado fue de 17 céntimos (de 1,27 a 1,10). Este año ya acumulamos 16 (de 1,49 a 1,33) de momento sin ver el final aunque se intuye que no puede andar lejos.
El mercado de la carne se resiente por los altos precios, la generalizada crisis europea golpea por todas partes – últimamente no sólo en los PIGS- y el consumidor desvía parte de su consumo a proteínas vegetales más baratas. El matadero consigue vender fluidamente pero a costa de sacrificar precio.
Alemania sigue en su papel de líder a quien no le tiembla el pulso: dos bajadas consecutivas de 5 céntimos en canal para resituar la carne a niveles más atractivos y esperar a verlas venir. No es descartable que se haya pretendido bajar sustantivamente para poder rebotar y revalorizar algún stock.
Sea como fuere encaramos la campaña navideña sin alegrías y sin detectar excesivo afán comprador en los operadores.
A Madame de Staél –célebre escritora francesa– le gustaba decir que “el desengaño cabalga alegremente detrás del entusiasmo”
Guillem Burset
