Termina agosto con la cotización española rompiendo récords absolutos; el techo histórico del año pasado (1,49 €/ kg vivo) ha quedado atrás por más de 4 céntimos.
En Alemania (sobretodo no olvidemos quien manda en Europa) el mercado ha igualado el récord del año pasado, sin conseguir sobrepasarlo. La repetición de hoy allí, último mercado de agosto, constata la imposibilidad de ir más allá. Así de simple, así de sencillo.
Como apuntábamos hace un año, en los 25 años previos a 2012 nunca, ni una sola vez, el mercado español subió en agosto. Esta tradición se rompió el año pasado y lo mismo ha sucedido ahora. Veremos si lo que ha sido una excepción se convierte en norma.
La situación es muy tensa, el matadero paga más de dos euros por kilo en canal y muchos de los cortes del cerdo se venden por debajo de este precio; la subida ha sido fuerte, rápida y violenta con lo que la industria transformadora no ha podido repercutir nada o casi de nada de los incrementos que se ha visto obligada a pagar por la carne.
Creemos que hemos tocado techo y que ya se trata de ver cuando empieza el descenso y cuan profundo puede ser. Descartamos que el precio baje con estrépito pero estas alturas por encima de 1,50 no pueden durar.
Los sacrificios totales en Europa durante julio y agosto han sido inferiores en un 6 – 8% a los normales de otros años, los stocks de carne han descendido al mínimo y el repunte del consumo (mucho turismo en el sur de Europa, comienzo de la reentré ahora) han provocado estas últimas subidas.
La oferta de ganado debe recuperarse favorecida por la meteorología, el festivo del 11 de septiembre en Catalunya ayudará a relajar algo la demanda, la presión de los mataderos alemanes (detectada la amenaza de bajada suelen ser muy agresivos….) son factores que apuntan que a partir de ahora todo lo que sea retrasar o paliar el descenso será una victoria.
El alimento cotiza a la baja en un descenso similar a una caída libre y el margen del ganadero no sólo está asegurado sino que apunta a unas cifras nunca vistas. Sea como sea, toda compensación parece poca si volvemos la vista atrás y recordamos los años de penuria.
Para no perder la perspectiva bueno es recordar lo que Baltasar Gracián (poeta español) dijo una vez: “Más vale un gramo de cordura que toneladas de sutileza”.
Guillem Burset
30 de agosto