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11. Necesidades de espacio en cebo

La densidad en cebo, a parte de afectar sobre la rentabilidad o no de la explotación, tiene efectos sobre las conductas, salud y bienestar de los animales.


Introducción


En relación a la producción de cerdos de engorde, la capacidad de una explotación porcina queda definida por tres parámetros básicos: el número de corrales de cebo, la superficie media de éstos y la densidad de animales. Aunque los tres se tienen en cuenta durante el diseño de una explotación, el tercero es el único que tiene una limitación legal. En la tabla se presentan las densidades máximas permitidas por la legislación europea (directiva 91/630 CEE, incorporada a la legislación española en el Real Decreto 1048/1994).

Densidades máximas de animales durante la fase de cebo en función del peso.
Peso del animal (kg)
Densidad mínima (m2/animal)
< 10
0,15
10 - 20
0,20
20 - 30
0,30
30 - 50
0,40
50 - 85
0,55
85 - 110
0,65
> 110
1,00

Los animales suelen entrar en los corrales de cebo con 15-18 kg., de los que saldrán aproximadamente a los 95 kg, alrededor de 4 meses después. Por lo tanto, los animales a la entrada disponen de espacio más que suficiente, mientras que en las últimas semanas la disponibilidad de espacio es bastante reducida. Incluso siguiendo la legislación, un cerdo de 95 kg. dispone de 0,65 m2 (un rectángulo de 1 metro por 65 cm) que, desde un punto de vista conductual, es bastante poco (ver figura 1). Nuevamente, la dificultad estriba en conseguir un equilibrio entre el bienestar de los animales y la 'rentabilidad' de la explotación.

Figura 1. Superficies ocupada por un cerdo de pie y echado. El área está en función del peso (W). En rojo se presentan los valores calculados para un cerdo de 95 kg.
De una forma resumida, se podría decir que para una superficie fija dada, la rentabilidad de la explotación es mayor cuantos más animales produce, es decir, cuanto mayor es la densidad de animales. Pero desde el punto de vista del bienestar animal, esta situación afecta de manera muy marcada a dos tipos de conductas, las sociales y las exploratorias. Es decir, una elevada densidad de animales afecta negativamente al bienestar de los animales de manera que la relación entre densidad y rentabilidad no es directa. Además, la densidad de animales debería modificarse en función de la temperatura efectiva, que es una medida de la sensación de calor que tienen los animales.

Conductas sociales

Los cerdos alojados en grupo establecen una jerarquía mediante interacciones agresivas. Dicha jerarquía determina qué animales tienen prioridad de acceso a los diferentes recursos. Una vez establecida la jerarquía, los animales mantienen un nivel mínimo de agresividad que puede ser prácticamente cero cuando los recursos son suficientes. Los recursos por los que debe luchar un cerdo en la fase de cebo son básicamente dos: el acceso al comedero, especialmente si existen menos plazas de comedero que animales, y el espacio de descanso. Cuando los animales pueden comer ad líbitum o cuando pueden comer todos a la vez, el recurso alimento no suele ser un problema. Lo mismo ocurre con el espacio de descanso: si todos los animales de un corral pueden echarse a la vez, el espacio no será un recurso escaso. Una elevada densidad de animales reduce la disponibilidad de un espacio adecuado para echarse o, por lo menos, la facilidad para encontrarlo. Y además, dificulta el acceso al comedero. Esta situación provoca un incremento de interacciones agresivas, lo que tiene dos implicaciones básicas: una mayor actividad de los animales y un mayor riesgo de lesiones, con las posibles infecciones que se puedan producir. Además, la agresividad provoca lo que se conoce como estrés social, que incluye aspectos como el hecho de no poder huir de un animal agresor o el de estar demasiado cerca de dos animales que se están peleando. Esta situación se agrava cuando se añaden otros factores de estrés como puede ser un exceso de calor o la dificultad para acceder al alimento.

La conducta de hozar supone una actividad importante en la vida de un cerdo en condiciones naturales.
Conductas exploratorias

En condiciones naturales, el cerdo dedica alrededor del 80% de su tiempo despierto a conductas relacionadas con la alimentación. En éstas se incluyen actividades como la ingestión y la masticación pero también, y sobre todo, la búsqueda de alimento. Para esto, el cerdo dispone de una particularidad en su anatomía, el hueso rostral en el hocico, que le permite realizar la conducta de hozar con una mayor eficacia (ver video). La dedicación a este tipo de conductas nos indica la enorme motivación que tiene el cerdo a realizarlas. De hecho, las conductas exploratorias son consideradas "necesidades de conducta", lo que les da casi tanto valor como el comer o el beber (que también son necesidades, pero fisiológicas).

Temperatura efectiva y estado sanitario

La temperatura efectiva es una medida de la sensación de calor que perciben los animales y depende de la temperatura ambiental y de parámetros como el tipo de suelo o la ventilación. La relación entre esta temperatura y la densidad de animales se basa nuevamente en la conducta de los animales. En condiciones de calor, los animales tienden a echarse en decúbito lateral (de lado) ocupando un espacio más grande (ver figura 1- esquema B). Esta postura les permite aumentar la superficie de contacto con el suelo y la pérdida de calor. Por lo tanto, en estas condiciones la superficie útil del corral se ve muy reducida (hasta dos veces y media). Por último, es importante mencionar que cuanto mayor es la densidad de animales, mayor es la carga microbiana y más fácil es el contagio entre animales (debido a la proximidad entre los focos de infección y los puntos que pueden infectarse -heridas, mucosas, etc.). De la misma manera, cuanto peor es la carga microbiana o el estado sanitario de los animales, menor debe ser la densidad de animales.

En conclusión, en sistemas intensivos la densidad de animales en la práctica puede variar entre dos puntos, por encima y debajo de los cuales la rentabilidad de la explotación peligra. El punto máximo queda limitado por la legislación. Se trata entonces de decidir a qué densidad, por debajo de este punto, tienen que estar los animales. El aspecto principal a tener en cuenta es el estado sanitario. Desde el punto de vista del bienestar, y con las consecuencias que éste tiene sobre la productividad, es indudable que cuanto más espacio tengan mejor será su bienestar.

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