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1. Conducta y bienestar en las salas de maternidad (I)

El confort en la zona de lechones es importante parar mejorar la supervivencia
El confort en la zona de lechones es importante parar mejorar la supervivencia

Introducción

Se puede considerar que la cerda finaliza la gestación e inicia la fase de parto alrededor de 2 ó 3 días antes del nacimiento de los lechones. Existen dos objetivos naturales de esta fase: primero, asegurar que los fetos sean viables y, segundo, mantenerlos vivos una vez nacidos.

Fase preparto: Incremento de actividad y de ingestión de agua

En condiciones naturales, para conseguirlo, la cerda inicia la fase del parto separándose del grupo de animales con los que convive y buscando una zona en la que parir. Su actividad aumenta entonces con el objetivo de buscar y recoger sustrato para construir un nido. Esto ocurre de la misma manera en cerdas criadas en sistemas extensivos cuando disponen de un sustrato adecuado (hierbas, paja, etc).

Algunos estudios han demostrado que esta conducta de nidificación no se ha perdido a lo largo del proceso de domesticación. El equipo de Per Jensen, de la Universidad de Linköping (en Suecia), realizó un estudio en el que dejaron en libertad a un grupo de cerdas. En los días previos al parto, las cerdas realizaban una gran cantidad de desplazamientos con el fin de buscar sustrato y transportarlo para la construcción de un nido. Es decir, dicho comportamiento se puede entender como una necesidad de conducta (de la misma manera que tienen necesidades fisiológicas como comer o beber, los animales también tienen necesidades conductuales).

En sistemas intensivos, debido a la restricción de movimientos en la jaula de partos, el aumento de actividad se refleja en un incremento en el número de cambios de postura del animal. Aunque es importante proteger a los lechones, también lo es mantener un buen grado de bienestar de la cerda, evitando situaciones estresantes como la provocada al utilizar jaulas con sistemas que impiden que el animal se levante.

Ya que al introducir a la cerda en la sala de maternidad provocamos un cambio en su ambiente, es importante ofrecerle un tiempo de adaptación a la nueva jaula, especialmente cuando se trata de cerdas primíparas (primerizas). Los animales deberían alojarse en la sala de maternidad varios días antes del inicio de la fase del parto, teniendo en cuenta que ésta se inicia con el incremento de la actividad por la conducta de nidificación mencionado anteriormente.

Dicho cambio de ambiente es más brusco cuando los animales proceden de grupos alojados en patios, situación que se impone a la luz de la nueva directiva en bienestar animal. Aunque esta directiva ya se comentará con detenimiento en otro capítulo, es necesario plantearse las modificaciones en el manejo que supondrá su aplicación, con el fin de evitar situaciones que afecten negativamente a los animales. En este sentido, es destacable el hecho de que el ejercicio físico (actividad general) durante la gestación favorezca las condiciones fisiológicas en que la cerda llega al momento del parto, facilitando la expulsión y la viabilidad de los lechones.

Un sustrato adecuado mejora la viabilidad de los lechones
El nido podría tener funciones, como evitar depredadores, que en explotaciones ganaderas no tengan demasiado sentido. Sin embargo, funciones más importantes del nido son el permitir a la cerda disponer de un lugar cómodo para ella y ofrecer unas condiciones adecuadas que favorezcan la viabilidad de sus crías. En el primer caso, se ha demostrado que algunos tipos de suelo utilizados en las salas de maternidad pueden resultar incómodos, provocando que la cerda cambie de postura con más frecuencia de lo que sería necesario. Esto además se ve agravado por el hecho de que los animales son seleccionados cada vez más por su porcentaje en magro, cuando la grasa subcutánea sirve como 'colchón' y evita las molestias que se originarían al mantener la misma posición echada durante un tiempo prolongado.






La cerda dispone de poco espacio, no tiene por qué ser ella o los lechones
En el segundo caso, la función del nido sería mantener un ambiente adecuado para garantizar la viabilidad de los lechones. Es decir, el nido permite mantener una temperatura óptima para los lechones, aspecto cuya importancia es bien conocida para los productores de porcino. Un detalle interesante es que la cerda es de los pocos mamíferos que no lamen a sus crías después del parto. Esta conducta tiene funciones muy importantes en otras especies, entre las que destacaríamos la estimulación de la cría y el secado de los líquidos del parto. Teniendo en cuenta que la evaporación del líquido que impregna la piel de los lechones provoca hipotermia (una disminución de la temperatura corporal), se entiende que el nido mejora las condiciones ambientales en las que nacerán los lechones creando un microclima que impida la hipotermia.

Otra conducta que se ve modificada en este periodo es la ingestión de agua. Las cerdas pasan de beber 20 a beber alrededor de 40 litros el día previo al parto. Esta conducta está justificada si tenemos en cuenta cómo serán las 48 ó 72 horas que seguirán al nacimiento de la primera cría.

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