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Nuestra lonja de referencia repitió precio en su última sesión de octubre, aunque después de 16 semanas consecutivas bajando ya iba siendo hora. El precio ha perdido 39 céntimos de Euro por kilo vivo o lo que es lo mismo, más de un 26%. La situación vivida es inédita, nunca antes hemos vivido un periodo tan persistente de bajadas ni nunca antes con tanta profundidad.
Europa en su conjunto presenta perfil plano depresivo, precios en mínimos de los tres últimos años y conteniendo el aliento al borde del abismo por lo que pudiera pasar.
En la Península Ibérica la oferta es abundante, se sacrifica a pleno ritmo y el ganado no se atrasa (por más que el peso medio en canal gane tozudamente gramos semana tras semana, la climatología benévola actúa como dopaje). Si no aparece ningún factor perturbador lo lógico sería esperar una evolución tranquila del precio de aquí a Navidad, no excluyendo algún repunte si el matadero sigue pisando el pedal del gas.
Los excesivos diferenciales del verano entre nuestro precio y el de Alemania -mercado director de toda la UE, no lo olvidemos- han desaparecido y la necesaria e imprescindible exportación ha recuperado competitividad.
El destino ruso no existe para Europa. Este hándicap no encuentra remedio suficiente y el saldo negativo de las exportaciones totales permanece dentro de las fronteras de la UE. Las cifras de consumo interno indican una retracción del mismo (¿un 2, un 3%?). Existen stocks importantes todavía y será necesario e imprescindible gestionar con excelencia la exportación para posibilitar una recuperación. Con Rusia o sin Rusia la vida sigue y los cerdos llegan puntuales al sacrificio.
La exitosa implementación de la ley de bienestar animal ha conllevado un aumento de la productividad; los beneficios de la producción han implicado crecimientos de la misma (más cerdas). En el futuro inmediato es de prever más y más carne. Más carne en un mercado en retracción (Europa) necesita obligatoriamente de la exportación a terceros países. Esta –la exportación- es claramente la única salida.
Creemos que desde las administraciones de todo ámbito, incluida la europea, se hace necesario e imprescindible un planteamiento de ayuda a la exportación porcina. Toda ayuda es poca y con seguridad hará falta.
Francis Bacon –filósofo británico- dijo una vez: “cuando el peligro parece ligero deja de ser ligero”
Guillem Burset
