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La mortalidad neonatal en lechones, especialmente en lechones con bajo peso al nacimiento (BPN), sigue siendo un problema importante. Muchas de las estrategias para mejorar el estado inmune, así como la supervivencia de los lechones BPN han sido evaluados en los últimos años, incluyendo el uso de transferencia de plasma o suero. En general, los estudios con transferencia de plasma o suero en cerdos y otras especies, por ejemplo, caballos, han mostrado resultados variables. El presente estudio se realizó para determinar si la transferencia de plasma podría utilizarse de forma eficaz en las granjas comerciales como estrategia para mejorar la salud general de los lechones BPN y reducir la mortalidad.
Un total de 612 lechones (peso corporal 0,8-1,3 kg) procedentes de 212 cerdas (Large White × Landrace) fueron asignados aleatoriamente en igual número a un grupo control o uno de los dos grupos de tratamiento. Entre las 6 a 24 horas después del nacimiento se realizaron adopciones. El tamaño final de la camada por cerda varió de 9 a 14 lechones (promedio de aproximadamente 11 lechones), dependiendo del número de tetinas disponibles. Los lechones se mantuvieron con la cerda desde la adopción y hasta el destete a los 28 días. El día 1 de vida se inició el tratamiento. Los lechones en los grupos tratamiento recibieron dos dosis de plasma (10 ml en dos ocasiones, los días 1 y 3) o una dosis de plasma (10 ml en una ocasión, el día 1) mediante inyección intramuscular en cuatro sitios (cuello y patas traseras, es decir, 2,5 ml por sitio). Por otro lado, los lechones del grupo control recibieron las mismas inyecciones intramusculares pero de 10 ml de solución de Hartmann los días 1 y 3. El plasma se obtuvo a partir de cerdas donantes Large White × Landrace de la misma explotación. Los lechones fueron examinados físicamente para evaluar su estado y se pesaron en los días 7, 14 y 21. Se tomaron muestras de sangre de los lechones los días 0, 2, y 6, y fueron analizadas mediante ELISA para la detección de IgG porcina. Diariamente se registró la mortalidad.
El plasma administrado en este estudio tuvo, tras su procesamiento, una pérdida estimada del 30% de las inmunoglobulinas totales. La concentración de IgG en el suero de los lechones se encontraba en el intervalo de 17,1 a 21,6 mg por ml el día 2, y lentamente disminuyó de 14,1 a 18,4 mg por ml el día 6 tanto en los grupos tratamiento como en el grupo de control. Las concentraciones de IgG en suero no difirieron significativamente entre los dos grupos tratamiento y el grupo control. Del mismo modo, no hubo diferencia estadísticamente significativa en el aumento de peso entre los dos grupos de tratamiento y el grupo control. La ganancia media diaria de peso fue de 163,5 g en el grupo que recibió una dosis de plasma, 164,0 g en el grupo que recibió dos dosis de plasma y 163,9 g en el grupo de control. La cerda nacimiento influyó en las concentraciones de IgG en el suero de los lechones en todos los puntos de muestreo, con lechones procedentes de siete cerdas de nacimiento que tenían concentraciones significativamente más altas de IgG en comparación con los demás (p <0,05). La mayor mortalidad en los lechones se registró en los que recibieron dos dosis de plasma, con la mayoría de las muertes registradas en los días 0, 1 y 2. El día 21, el 32,5% de los lechones que recibieron dos dosis de plasma, el 26,6% de los lechones que recibieron una dosis de plasma, y el 26,5% de los lechones control habían muerto. Las causas de muerte fueron una baja vitalidad (41%), aplastamiento por la cerda (27%) y diarrea (22%).
Los resultados de este estudio mostraron que la administración de plasma porcino no afectó significativamente el aumento de peso de los lechones BPN o la supervivencia. Se requieren estudios adicionales para determinar si la transferencia de plasma, utilizada junto con otras prácticas puede mejorar el bienestar general y la supervivencia de los lechones BPN.
Woon SY, Barton MD, Vanniasinkam T. Effect of plasma transfer on survival rates of low-birth-weight neonatal piglets. J Swine Health Prod. 2014;22(4):197–200.
