La soja es muy utilizada tanto en alimentación para humanos como en piensos para animales y el estudio de su genoma permitirá poder reducir el riesgo de pérdidas de las cosechas y en consecuencia una disminución de la fluctuación de los precios.
Cuando se tenga el mapa genético total los investigadores podrán escoger las plantas resistentes a factores como la sequía, el síndrome de muerte repentina, la roya de la soja y otros factores que afectan negativamente sobre su producción.
Jueves, 20 de octubre de 2005/FoodNavigator.
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