Los modelos utilizados para calcular los requerimientos de la cerda se han enfocado típicamente en la gestación o lactación sin prestar atención a los cambios que ocurren durante el período de transición. Se podría mejorar la precisión y comprensión teniendo en cuenta los cambios que definen este período. El presente estudio tuvo como objetivo cuantificar las necesidades diarias de energía metabolizable (EM) y lisina digestible ileal estandarizada (DIS) en cerdas al final de gestación y lactantes utilizando un enfoque factorial. Se estimaron la EM y la lisina DIS necesarias para el desarrollo fetal y mamario, el calostro y la producción de leche, los componentes uterinos (incluyendo la pared del útero, la placenta y los fluidos de la membrana) y el mantenimiento.
Los resultados indicaron que el mantenimiento, la pérdida adicional de calor, la producción de calostro, el crecimiento fetal, el crecimiento mamario y los componentes uterinos representaron, respectivamente, el 66,8%, el 19,3%, el 7,2%, el 5,0%, el 1,3% y el 0,5% durante los últimos 12 días de gestación. Se estimó que la oxidación/transaminación, el crecimiento fetal, el crecimiento mamario, la producción de calostro, el mantenimiento y los componentes uterinos representaron el 29,5%, 22,7%, 16,8%, 16,1%, 10,4% y 4,5% de los requerimientos totales de lisina DIS, respectivamente, en los 12 días finales de gestación. Tras el parto, las necesidades de lisina DIS y EM aumentaron diariamente hasta el pico de lactación (día 17). En el pico, el 95% y el 72% del total requerido de lisina DIS y EM, respectivamente, se asociaron con la producción de leche (incluyendo la oxidación). En comparación con el día 104 de gestación, los requerimientos de lisina DIS y EM aumentaron en 60% y 149% en el día 115 de gestación, y en 228% y 338% en el pico de lactación, respectivamente. Se estimó una relación de lisina DIS:EM de 0,55 como la proporción ideal para optimizar la producción de leche en el pico de lactación. Por otro lado, también se estimó que la regresión del útero liberó alrededor de 30 g de lisina DIS y 14 MJ EM en el torrente sanguíneo durante la lactación.
En conclusión, durante la transición y la lactación ocurren grandes cambios en cuanto a las necesidades nutricionales y los equilibrios entre nutrientes y tanto el peso vivo como la producción de leche afectan sustancialmente la cantidad de energía y lisina requerida durante la transición y la lactación. Las cerdas con un alto rendimiento lechero requieren alimentación con una elevada proporción de lisina DIS: EM, mientras que las cerdas con un alto peso vivo requieren una relación lisina DIS: EM más baja. Por lo tanto, una estrategia de alimentación en base a dos componentes probablemente mejorará la productividad de la cerda.
Feyera, T., & Theil, P. K. (2017). Energy and lysine requirements and balances of sows during transition and lactation: A factorial approach. Livestock Science, 201, 50-57. https://doi.org/10.1016/j.livsci.2017.05.001