0
El 12% de las cerdas cubiertas se volvieron a cubrir y el tamaño medio de la camada fue de 14,8 lechones. Se observó una correlación positiva entre la probabilidad de quedar preñadas y el tamaño de la camada con el aumento del espesor de grasa dorsal desde el destete y hasta las 3 semanas tras la cubrición. Las cerdas con una ingesta un 20% menor a la total observada tenían un riesgo significativamente mayor de retornos al estro en comparación con las cerdas que comían con mayor frecuencia. Respecto a las lesiones en la piel, se detectó una correlación positiva entre las lesiones y el intervalo destete-primera cubrición.
Según los resultados del estudio, la variación individual en la ingesta en cerdas alojadas en grupo puede ser lo suficientemente importante como para afectar sobre el rendimiento reproductivo.
A.G. Kongsted. Relation between reproduction performance and indicators of feed intake, fear and social stress in commercial herds with group-housed non-lactating sows. Livestock Science. 2006. Vol. 101 (1-3): 46-56.
