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La producción ganadera utiliza, aproximadamente, el 75 % las tierras agrícolas, consume el 35% de la producción de cereales del mundo y produce el 14,5% de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero. Se prevé que la demanda de carne y de productos lácteos aumente un 60 % en 2050, por lo que hay una necesidad creciente de reducir el impacto de la ganadería.
Históricamente las sobras de comida se han reciclado para alimentar al ganado pero actualmente su inclusión en el pienso está prohibida por la UE como medida de control de enfermedades. Sin embargo, en los últimos 20 años, algunos países del este de Asia han aplicado sistemas regulados y centralizados para un reciclado seguro de las sobras de comida como alimento animal.
Este estudio cuantifica el ahorro en uso de la tierra que podría conseguirse cambiando la legislación europea para promocionar el uso de los desperdicios como alimento animal y revisa los inconvenientes políticos, públicos e industriales para reciclar las sobras en alimento animal. Los resultados sugieren que, aplicando la tecnología existente, podría reducirse una quinta parte el uso de la tierra para alimentar a los cerdos europeos (que representan un 20% de la producción mundial), lo que significa un ahorro potencial de 1,8 millones de hectáreas de tierra agrícola. Aunque los desperdicios ofrezcan una alimentación animal de bajo coste y de bajo impacto, su adopción generalizada requeriría un esfuerzo para abordar las preocupaciones del consumidor y del ganadero en cuanto a seguridad alimentaria y control de enfermedades.
Erasmus K.H.J. zu Ermgassen, Ben Phalan, Rhys E. Green, Andrew Balmford. Reducing the land use of EU pork production: where there’s swill, there’s a way.. Food Policy. Volume 58, January 2016, Pages 35–48. doi:10.1016/j.foodpol.2015.11.001
