Se utilizaron 54 cerdos desde los 61,5 a los 106 Kg de PV, que fueron alimentados con dos dietas distintas:
- A. 2% de ALC
- B. 2% de aceite de girasol
Al final de la prueba, los cerdos fueron sacrificados y se utilizó el músculo Longissimus Dorsi para la mediciones de calidad de la carne.
La dieta no afectó la utilización de glucógeno, la producción de lactato o el descenso del pH muscular. La incorporación de ALC tampoco afectó a la puntuación subjetiva de estructura y color, aunque sí provocó un incremento objetivo en la saturación de color (+10.2%; p<0,05). Los cerdos alimentados con la dieta A tenían más infiltración de grasa intramuscular (+22%; p<0,01) y mejor puntuación de veteado (A=434 vs B=390; p<0,01).
Por otra parte, no se detectaron diferencias organolépticas que afectaran a la palatabilidad debidas a la incorporación o no de ALC en la dieta.
Suministrar dietas con un 2% de ALC a los cerdos provoca un incremento de la grasa intramuscular, lo que mejora la composición de la carne sin empeorar su calidad y palatabilidad.
M.E.R. Dugan, J.L. Aalhus, L.E. Jeremiah, J.K.G. Kramer y A. L. Schaefer. Canadian Journal of Animal Science 1999. 79:45-51