El objetivo de este estudio fue determinar la respuesta del incremento de 2 fuentes de grasa en la dieta de la cerda lactante y el rendimiento de la progenie en condiciones de alta temperatura ambiental. Los datos fueron recogidos entre los meses de Junio y Septiembre a partir de 391 cerdas alojadas en una explotación comercial compuesta por 2600 madres en la región de Oklahoma. Las cerdas fueron aleatoriamente asignadas a uno de los tratamientos experimentales bajo un diseño factorial 2 x 3 y una dieta control. Los factores incluyeron 1) fuente de grasa, mezcla gasa animal-vegetal (A-V) y manteca (CWG), y 2) el nivel de grasa añadido (2%, 4% y 6%). La mezcla A-V contenía un 14,5% de ácidos grasos libres (AGL) con un valor de iodo de 62, un valor de peróxidos de 9,8 mEq/kg, y un valor de anisidina de 5. Las dietas fueron formuladas en base a maíz y soja, con un nivel del 8,0% de DDGS y un 6,0% de salvado de trigo, y con un contenido de digestibilidad ileal estandarizada de la Lys por Mcal de EM de 3,56g. Las cerdas se homogeneizaron por parto, con 192 y 199 cerdas representando 1 parto y de 3 a 5 partos, respectivamente.
El rechazo de alimento incrementó de forma lineal (P< 0,001) con la inclusión de grasa añadida, pero el consumo de alimento y energía incrementó linealmente (P< 0,01) con el incremento de la grasa de la dieta. Las cerdas alimentadas con CWG disminuyeron (lineal, P< 0,05) las pérdidas de PV durante la lactación. El crecimiento de la camada no se vio afectado por el aporte adicional de grasa. La adición de CWG a las dieta mejoró el IC de las cerdas y de la camada (en base a la ganancia relativa y el consumo de alimento) en comparación con el IC de las cerdas alimentadas con la dieta control o las dietas con la mezcla A-V (0,50, 0,43, y 0,44, respectivamente; P< 0,05). El ratio ganancia:EM (kg/Mcal EM) fue mayor (P< 0,05) en las cerdas que consumieron CWG (0,146) respecto las que recibieron la mezcla A-V (0,129) pero no fueron diferentes a las cerdas control (0,131). La adición de la mezcla A-V y CWG mejoraron (P< 0,05) la concepción y las tasas de parto con la subsecuente mejora en el tamaño de la camada en comparación con la dieta control.
En conclusión, el consumo de energía incrementa con la adición de grasa. La mezcla A-V contenía mayor cantidad de aldehídos (cuantificados por el valor anisidina) y fue más susceptible a la oxidación, resultando en una menor eficiencia del alimento que la grasa CWG. En consecuencia, el tamaño de la camada y el rendimiento reproductivo fue mejorado por la inclusión de ambas fuentes de grasa en las dietas de las cerdas lactantes.
DS Rosero, E van Heugten, J Odle, C Arellano, RD Boyd. 2012. Response of the modern lactating sow and progeny to source and level of supplemental dietary fat during high ambient temperatures. Journal of Animal Science, 90:2609-2619. doi:10.2527/jas2012-4242.