Se usaron 8 cerdos del mismo peso vivo (divididos en dos grupos) y dos dietas distintas por cada fase de engorde:
-nivel estándar de proteína (SP): 12,5% para la fase I y 10,5% para la fase II.
-nivel bajo en proteína (BP): 8,5% para la fase I y 6,5% para la fase II.
La dieta BP estaba suplementada con aminoácidos, lisina, metionina, triptófano, treonina e isoleucina.
Durante todo el estudio se midió diariamente el consumo de alimento y agua, y la excreción de orina y heces. También se midió el crecimiento semanalmente y se realizaron dos pruebas de digestibilidad (a los 50 y 90 kg de PV).
La digestibilidad de la proteína en la dieta SP fue un 2,9% (fase I) y un 3,8% (fase II) inferior que en la dieta BP (p<0,05). No se apreciaron diferencias de crecimiento entre las dos dietas en ninguno de los periodos evaluados, aunque el consumo durante la fase II fue ligeramente superior en los cerdos que reciben la dieta SP. La composición de la canal era más grasa en los cerdos del grupo BP.
Estos resultados confirman que los cerdos no necesitan las proteínas “integrales” siempre que tengan la dieta bien equilibrada en aminoácidos.
S. Ikeda, S. Sukemori, S. Suzuki y Y. Kurihara 2003. Japanese Journal of Swine Science. 40 (4) 177-185.