La mordedura de cola o caudofagia es un importante desafío para la sanidad y el bienestar en producción porcina. La dieta es uno de los seis principales factores de riesgo propuestos por la Comisión Europea (Comisión, 2016). Las investigaciones durante la última década han revelado una comunicación compleja y bidireccional entre la microbiota, la salud intestinal y el cerebro, que afecta el estado de ánimo y el comportamiento a través del llamado eje microbiota-intestino-cerebro. Este eje se ve afectado por varios factores, entre ellos la dieta, que juega un papel importante y puede aportar información sobre la compleja etiología de la caudofagia. Las diferencias individuales en el equilibrio del eje microbiota-intestino-cerebro pueden explicar por qué ciertos factores de riesgo conducen a la mordedura de cola en algunas granjas o corrales pero no en otros. Esta revisión pretende relacionar la investigación actual sobre el eje microbiota-intestino-cerebro con los factores de riesgo dietéticos conocidos y propuestos para la caudofagia. Las relaciones aún no están probadas, pero pueden servir de base para futuros estudios que busquen intervenciones dietéticas para mitigar la mordedura de cola.
Esta revisión sugiere que los factores de riesgo de la caudofagia relacionados con la dieta son el suministro insuficiente o excesivo de proteínas (incluida el triptófano), la falta de saciedad, las partículas finas de pienso, el bajo contenido de fibra dietética y un número limitado de comederos. Se plantea la hipótesis de que estos factores pueden causar estrés social, úlceras gástricas, disbiosis de la microbiota intestinal, alteración del epitelio intestinal y afectar la sensibilidad al estrés del animal a través del eje microbiota-intestino-cerebro, lo que podría desencadenar la mordedura de cola. Las principales vías sugeridas son a través de los metabolitos de la microbiota intestinal que inducen a conductas de enfermedad inducidas por citoquinas (es decir, activación inmunológica) o cambios en el metabolismo del triptófano y la serotonina (asociado con ansiedad y depresión). Además, se planteó la hipótesis de que unos niveles adecuados de aminoácidos, incluido el triptófano, y la inclusión de ciertas fibras dietéticas en la dieta que superan los niveles de las dietas estándar, pueden estimular el establecimiento de una microbiota intestinal beneficiosa (por ejemplo, diversidad microbiana y bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta) que protege contra la inflamación y aumenta la resiliencia al estrés. Si bien el tratamiento con antibióticos es una herramienta útil para combatir la presencia de posibles bacterias especificas que suponen un riesgo de mordedura de cola, al mismo tiempo puede alterar el equilibrio microbiano intestinal, lo que a su vez incrementa el riesgo de caudofagia.
En conclusión, aunque la caudofagia es multifactorial, se sugiere que un desequilibrio en el eje microbiota-intestino-cerebro debido a la dieta debe considerarse como una vía para el desarrollo de mordedura de cola, pero se necesita más investigación. Se propone un enfoque integral del animal, considerando la salud intestinal, la saciedad, una microbiota intestinal beneficiosa y un suministro adecuado de pienso que evite el estrés social para disminuir el riesgo de mordedura de cola.
Kobek-Kjeldager C, Schönherz AA, Canibe N, Pedersen LJ. Diet and microbiota-gut-brain axis in relation to tail biting in pigs: A review. Applied Animal Behaviour Science. 2022; 246: 105514. https://doi.org/10.1016/j.applanim.2021.105514.